Por Leandro Mazza
Carlos Loiseau, humorista gráfico, conocido por todos como Caloi, tuvo el oficio de hacer reír diariamente a millones de argentinos con las historietas de su personaje Clemente, publicadas durante más de 40 años en la contratapa del diario Clarín. De un hablar pausado, una de sus características era la vestimenta que usaba: ropa clara y cómoda, nunca un traje.
Carlos Loiseau, humorista gráfico, conocido por todos como Caloi, tuvo el oficio de hacer reír diariamente a millones de argentinos con las historietas de su personaje Clemente, publicadas durante más de 40 años en la contratapa del diario Clarín. De un hablar pausado, una de sus características era la vestimenta que usaba: ropa clara y cómoda, nunca un traje.
Con la muerte todo artista, queda algo imborrable: su obra. Clemente, un ser amarillo de dos patas y
sin brazos que nadie puede definir con certeza, es su personaje más popular,
que forma parte de ese legado. Este personaje de barrio trataba de preservar la
memoria colectiva. Nació el 13 de marzo de 1973 y acompañó a todo un pueblo
durante el desayuno del domingo, o rumbo al trabajo en el bondi o subte. En
2004 fue declarado patrimonio cultural porteño por la Legislatura de la Ciudad
de Buenos Aires.
Caloi nació en Salta, pero antes de cumplir un año su familia decidió
instalarse en Buenos Aires. Sus primeros trabajos datan de 1966, cuando con 17
años, publicaba en la revista Tía Vicenta.
Unos años después, en 1968, comenzó a ilustrar la contratapa de Clarín, tarea
que mantuvo hasta sus últimos días. También trabajó en El Gráfico, Primera
Plana y Satiricón. Además, en la década del `90 incursionó en televisión con el
Ciclo Caloi en su tinta, difundiendo
cine de animación de autor –producido por su esposa, María Verónica Ramírez,
salió al aire por la pantalla de ATC.
En 2009, la Legislatura lo declaró ciudadano ilustre de la Ciudad por su
extensa trayectoria como artista y Yamiun Shimbun, el diario de mayor tirada en
China, le entregó otra condecoración.
Última tira publicada en el diario Clarín
Última tira publicada en el diario Clarín
El humorista encontró su peor momento profesional durante la dictadura
militar de 1976, cuando se suprimió la libertad de expresión y lo “amenazaban
todos los días por teléfono”, según declaraciones que hizo a la revista ASI-TV
en mayo de 1997. Durante ese período de la historia Argentina, en el mundial
del 78, la campaña para que los hinchas tiren papelitos en las canchas fue uno
de los emblemas de la época, disparador de la polémica con el relator oficial
de los partidos que pedía que no se arrojaran: un momento inolvidable para
quienes hoy superan la barrera de los 30 años de edad.
Una de las últimas entrevistas que dio -TV Pública-
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