Por Leandro Mazza
Lejos parecen haber quedado los momentos hostiles para el kirchnerismo en el Congreso durante el período, cuando los bloques no oficialistas asumieron el dominio de ambas cámaras conformando el denominado Grupo A. Por ese entonces el oficialismo estaba debilitado. La crisis comenzó en marzo de 2008, con el conflicto entre el gobierno nacional y las entidades agropecuarias por la Ley 125, que impulsaba una suba en el valor de las retenciones. El proyecto que el Ejecutivo envió al Parlamento tuvo media sanción en Diputados y obtuvo 36 votos a favor y 36 en contra en el Senado: el por entonces vicepresidente de la Nación, Julio Cobos, a cargo de la Cámara Alta, se vio obligado a desempatar y rechazó el sistema de alícuotas.
Lejos parecen haber quedado los momentos hostiles para el kirchnerismo en el Congreso durante el período, cuando los bloques no oficialistas asumieron el dominio de ambas cámaras conformando el denominado Grupo A. Por ese entonces el oficialismo estaba debilitado. La crisis comenzó en marzo de 2008, con el conflicto entre el gobierno nacional y las entidades agropecuarias por la Ley 125, que impulsaba una suba en el valor de las retenciones. El proyecto que el Ejecutivo envió al Parlamento tuvo media sanción en Diputados y obtuvo 36 votos a favor y 36 en contra en el Senado: el por entonces vicepresidente de la Nación, Julio Cobos, a cargo de la Cámara Alta, se vio obligado a desempatar y rechazó el sistema de alícuotas.
Eran épocas duras para la presidenta Cristina Fernández, que a pocos
meses de su asunción debía enfrentar un momento de crisis y crispación social.
Las elecciones legislativas de 2009 se acercaban y los pronósticos para el
oficialismo no eran alentadores. Finalmente, en los comicios del 28 de junio,
Néstor Kirchner fue derrotado por el PRO –fuerza formada por la alianza entre el
PRO, de Mauricio Macri y el peronismo disidente, de Francisco De Narváez- en la
provincia de Buenos Aires. Con ese resultado, el Frente para la Victoria perdió
la mayoría parlamentaria. Durante los meses que quedaban para la asunción del
“nuevo Congreso”, el FPV aprobó una ley clave: la Ley de Servicios de
Comunicación Audiovisual.
Con la llegada de los nuevos legisladores nació el Grupo A, una asociación de opositores que intentó hacerle frente a
la primera minoría, el FPV: el resultado, un Parlamento trabado e ineficaz.
Durante 2010, se sancionaron tan solo 64 leyes y de esta manera se logró la
peor producción desde 1987. Algunas de las normas que tuvieron relevancia
fueron la suba de las jubilaciones acorde al 82 por ciento móvil del salario
mínimo -que fue vetada por el Ejecutivo-, protección a los glaciares, seguridad
bancaria y la Ley de Matrimonio Igualitario, aprobada en la única sesión en la
que participó Néstor Kirchner como diputado.
En medio de toda esta situación, ocurrió algo inesperado. El 27 de
octubre de 2010 murió Kirchner. A partir de este hecho, la historia cambió
radicalmente. Si bien el kirchnerismo seguía siendo primera minoría, Cristina
Fernández recibió el apoyo de un sector muy grande de la sociedad. Con este
contexto, las fisuras del Grupo A eran
irremontables y el Congreso continuó con su escasa productividad. En 2011 se
aprobaron 74 leyes.
A partir de la muerte de Kirchner, la imagen positiva de Cristina
aumentó considerablemente y en 2011, la primera mandataria arrasó en las
elecciones presidenciales de octubre. A
raíz de esa victoria, hoy, el panorama en el Parlamento es otro. Desde el 10 de
diciembre pasado, el FPV pudo recuperar la mayoría en ambas cámaras y
rápidamente, desde la presidencia se envió un paquete de 12 leyes que fueron
sancionadas antes de fin de año, en tiempo record.
Sin dudas, uno de los hechos más importantes de esta nueva etapa es la
aprobación del proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo para tomar el
control de YPF. Luego de 20 años de privatización, el Congreso Nacional dispuso
que se expropie el 51 por ciento de las acciones que la española Repsol tenía
sobre la petrolera. El proyecto recibió la media sanción en el Senado y el 3 de
mayo fue aprobado en la Cámara de Diputados con 208 votos a favor y 32 en
contra. Además contó con el apoyo de un sector de la Unión Cívica Radical,
Proyecto Sur y del Frente Amplio Progresista, algo impensado en el periodo
2009-2011. Por otro lado, se votó por
unanimidad las polémicas leyes de muerte digna y la de Identidad de Género.
No hay comentarios:
Publicar un comentario